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Leyendas sobre los gatos durante el embarazo

Leyendas sobre los gatos durante el embarazo


Los gatos siempre han estado envueltos en un toque de misticismo y misterio. Probablemente no haya ninguna mujer embarazada en nuestro país que no haya sido amenazada de toxoplasmosis. Pero, ¿es este el único temor que una mujer embarazada encuentra por los gatos?? Te presentamos los hechos y mitos "más interesantes" y más populares que rodean a los gatos.

1. Toxoplasmosis - este es probablemente el miedo más común de los futuros padres. Vale la pena saber que es más fácil contagiarse por comer carne poco cocida o incluso verduras preparadas junto a la carne en la cocina de tu casa que por un ronroneo doméstico, sobre todo si el gato no sale a la calle. Si la mascota ha sido un miembro del hogar durante varios años, lo más probable es que los dueños ya se hayan sometido a toxoplasmosis y hayan adquirido inmunidad, si su gato es portador de la enfermedad. Aunque esto no ocurriera, basta con seguir las reglas básicas de higiene a la hora de limpiar la caja de arena (o pasar la obligación a tu pareja durante el embarazo), y no podrás contagiarte este protozoo por la misma caricia. Recuerde: un gato bien arreglado y desparasitado regularmente no representa una amenaza para una mujer embarazada.

2. Los gatos chupan el aliento de los recién nacidos - superstición, desafortunadamente, a menudo transmitida por abuelas y tías. El origen de este mito incluso tiene un trasfondo histórico. Al parecer en Inglaterra en 1791 un gato fue acusado de la muerte de un niño recién nacido, un veredicto judicial confirmó su culpabilidad. A pesar del paso de los años y el desarrollo de la civilización, un médico en 1929 presuntamente presenció a un gato demoníaco chupando el aliento a un niño. Hay tres teorías sobre el comportamiento de los gatos:

y. metafísico: el gato está interesado en un alma inocente

B. pragmático: el gato se siente atraído por el calor del bebé y el olor de la leche que bebe

C. psicológico: un gato por celos, por la atención dedicada al nuevo miembro de la casa, asfixia al bebé

3. El gato busca la manzana de un recién nacido - difícil de creer, pero tal superstición todavía circula hoy. Cuando lo escuche durante el embarazo, pregunte si un buen informante sabe que una pera (en otras palabras, la nuez de Adán) se desarrolla después de la pubertad :)

4. Cargar simultáneamente a un bebé y un gato lo hará posible el niño perderá vigor, energía e inteligencia. Por supuesto, hay muchas más variantes, dependiendo de la región del país, pero solo hay un efecto: el gato toma lo mejor del niño.

5. Un mito aún más impactante es que uno debe deshacerse del gato en caso de que nazca una hija porque crecer con un gato bajo un mismo techo será estéril.

6. Según cabe suponer cuando una mujer embarazada ve a un gato bostezando, el bebé nacerá con paladar hendido. Este mito es similar a los de la serie: cuando una mujer se quema, el niño tendrá una mancha de nacimiento en el mismo lugar. El paladar hendido es un defecto del desarrollo y no se ve afectado por ningún bostezo de mascotas.

7. Un niño no puede crecer con un gatito - En el pasado, se creía que un gatito crecería a expensas del niño, quitándole su vitalidad. Esta superstición tiene una explicación racional: en el pasado, las mascotas no eran desparasitadas y eran portadoras de parásitos como las tenias. En un momento en el que no se prestaba atención a la higiene actual, el bebé podía fácilmente "apoderarse" del parásito.

Finalmente, una creencia muy agradable de los viejos tiempos:

8. Érase una vez, las mujeres durante el parto iban acompañadas de un gatito, que se suponía que era un buen presagio para una futura madre. Se creía que su presencia reducía los dolores de parto en una mujer. Se justificó por el hecho de que la gatita da a luz, ronronea y aguanta su dolor con alegría.

Hoy, en la era de Internet, puede encontrar muchas preguntas en foros sobre la crianza de un niño con animales o la influencia de las mascotas en el curso del embarazo. Afortunadamente, las teorías anteriores son mitos que se pueden poner entre los cuentos de hadas. Es un hecho científicamente comprobado que tanto los gatos como los perros tienen un efecto calmante en los humanos, y los niños criados en el medio ambiente de los animales tienen un efecto positivo en su desarrollo y reducen el riesgo de desarrollar alergias.

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